Oye,
Ayer mi hijo Gus me dio una lección que no me esperaba.
Estábamos en el aquapark y había un tobogán súper alto que le daba miedo.
Se quedó ahí parado, mirándolo, mientras otros niños se tiraban sin parar.
Yo pensé: "Va a renunciar."
Pero no.
Se acercó a mí y me dijo: "Papá, ¿puedes subirte conmigo la primera vez?"
Y así lo hicimos.
Subimos juntos, nos tiramos juntos, y cuando llegamos abajo era el tío más feliz del mundo.
Después se tiró él solo. Once veces seguidas.
En cuántas veces, como adultos, nos quedamos parados mirando el tobogán.
Sabiendo que queremos subirnos.
Sabiendo que puede ser genial.
Pero sin dar el paso.
El caso es que mañana se cierra todo.
Y después de eso me voy a centrar en otras cosas.
Tengo ideas para nuevos proyectos que me tienen más emocionado que un niño en una juguetería.
Así que si andas por ahí "pensándotelo", no pasa nada.
Habrá otras oportunidades.
En otros sitios.
Con otra gente.
La vida sigue.
Si eres suscriptor premium, lo tienes con un 50% de descuento:
CONTENIDO AUTOMÁTICO → 50%
O gratis si tienes Barra Libre:
CONTENIDO AUTOMÁTICO SIN COSTE
Javi
P.D.: Gus se tiró por todos los toboganes del. Incluso por los que me dan miedo a mí.