Hey,
¿Te acuerdas de cuando eras becario?
Yo sí.
El puto jefe de la empresa de mierda en la que estuve me pidió una presentación.
Que "la hiciera chula".
Pasé 3 putos días estresado de cojones haciéndola "chula".
¿Qué coño significaba "chula"?
Ni puta idea.
Pero ahí estaba yo.
Colores bonitos, transiciones fancy, gráficos.
Llega el día de presentarla.
Le pareció una mierda.
"Esto no es lo que quería."
Yo me quedé jodido.
Una compañera que llevaba ahí trabajando un tiempo me vio la cara y me dijo:
"Ven, te voy a enseñar cómo le gusta a él. Lo que él entiende por 'chulo'."
Y me empezó a explicar:
"Cuando dice 'chulo' se refiere a datos específicos en la primera slide. Comparativas con la competencia en la segunda. Proyecciones a 3 meses máximo. Sin animaciones. Fondo blanco. Letra Arial."
¿Tan difícil era explicarlo bien desde el principio?
A partir de ahí hice bien todas las putas presentaciones.
El jefe era un imbécil.
María, mi salvación.
La empresa era 3Lemon y era la empresa más basura que ha existido jamás.
Pero aprendí algo importante:
Las instrucciones vagas generan resultados de mierda.
No por incapacidad.
Por falta de claridad.
Lo mismo pasa con ChatGPT.
Tú le dices: "Escríbeme algo interesante."
Y ChatGPT está como yo aquel día: "¿Qué coño significa 'interesante'?"
Pero ChatGPT no tiene una María que le explique.
Solo tiene tus palabras.
Si le das instrucciones de jefe imbécil, te dará resultados de becario confundido.
Si le das instrucciones de María, te dará resultados de becario que sabe lo que hace.
El viernes te explico por qué ser específico con IA es más difícil de lo que parece.
—Javi
P.D.: María, si lees esto, gracias. Me salvaste de que me echaran a las 2 semanas. Espero que ya no trabajes en esa pocilga.