Hey,
¿Te acuerdas de esa frase?
“Si lo construyes, ellos vendrán.”
De la película “Campo de sueños”.
El tío construye un campo de béisbol en medio de la nada.
Y aparecen fantasmas a jugar.
Bonita metáfora.
Pésimo consejo de negocio.
Porque en la vida real, si construyes algo y no se lo dices a nadie...
No viene ni tu abuela.
Pero seguimos creyendo en ese mito romántico:
“Si mi contenido es bueno, la gente lo encontrará.”
“Si mi newsletter aporta valor, se suscribirán solos.”
“Si trabajo bien, me buscarán.”
JAJaja
¿Sabes cuántas newsletters increíbles hay con 47 suscriptores?
Miles.
¿Sabes cuántas newsletters de mierda hay con 50.000 suscriptores?
También miles.
¿Cuál es la diferencia?
Promoción.
Una nunca habla de sí misma.
La otra no para de hacerlo.
“Pero es que no quiero ser pesado.”
¿Pesado?
Tú confundes promoción con spam.
Spam es: “SUSCRÍBETE A MI NEWSLETTER AHORA OFERTA LIMITADA!!!”
Promoción es: “Esta semana en la newsletter hablo de cómo resolver X problema que muchos me preguntáis.”
¿Ves?
Uno molesta.
El otro ayuda.
Pero tú no haces ninguno de los dos.
Porque tienes miedo.
Miedo a molestar.
Miedo a que la gente piense que eres un vendedor.
¿Y qué pasa, pues?
Que nadie sabe que tienes newsletter.
Trabajas como un cabrón escribiéndola.
Y la leen 37 personas.
Mientras tanto, otros por ahí...
Con menos calidad de contenido.
Con menos experiencia.
Con menos valor.
Tiene 10 veces más suscriptores que tú.
¿Por qué?
Porque entiende algo que tú no entiendes.
Mañana te cuento más.
—Javi
P.D.: “Campo de sueños” es una película preciosa. Pero si usas su filosofía para tu newsletter, vas a tener el campo más vacío del mundo.