¿Te has fijado en que cuando vas a comprar un coche, el vendedor siempre te enseña el motor?
Te abre el capó.
Te señala piezas.
"Mire, este es el turbocompresor de doble entrada con tecnología variable..."
Y tú ahí asintiendo como si supieras de qué coño habla.
¿Pero sabes qué?
A ti te importa una mierda el turbocompresor.
Tú quieres saber si vas a llegar al trabajo sin que se te pare en medio de la autopista.
Si te van a mirar bien cuando aparques.
El vendedor te habla del producto.
Tú piensas en tu vida.
Los webinars hacen exactamente lo mismo.
Te hablan de las características de su método.
"Mi sistema tiene 7 módulos con 43 lecciones en video HD..."
Y tú piensas: "joder, no tengo tiempo para eso"
Te hablan de lo que han construido.
Tú quieres saber lo que vas a conseguir.
Es como dos personas teniendo conversaciones diferentes.
Él: "Mi curso incluye plantillas exclusivas y acceso a la comunidad VIP..."
Tú: "¿Pero voy a conseguir más clientes o no?"
Él: "Hemos ayudado a más de 500 empresas..."
Tú: "¿Pero vas a poder ayudarme a MÍ?"
Él: "Tengo 15 años de experiencia en el sector..."
Tú: "¿Pero entiendes MI situación específica?"
Y ahí está el problema:
Los webinars están diseñados desde la perspectiva del vendedor.
No del comprador.
Hablan de lo que el vendedor quiere vender.
No de lo que el comprador quiere comprar.
Los webinars que funcionan entienden una verdad simple...
Y el viernes te la voy a revelar.
—Javi
P.D.: Pedo