Hey,
Estás en el bar con un amigo.
Hablando de trabajo.
Y de repente le dices:
“Tío, el otro día un cliente me pidió un descuento del 50% y le dije que no. Pero en lugar de cabrearse, me contrató al precio completo.”
Tu amigo se queda flipando.
“¿En serio? ¿Cómo coño lo hiciste?”
Y le explicas.
Con detalle.
Con gracia.
Sin pensar que estás dando una masterclass.
Eso, es un post viral.
Pero no lo ves.
Porque no estás en modo “creador de contenido”.
¿Sabes cuántas veces pasa esto?
Constantemente.
Cuentas anécdotas que generarían miles de likes.
Compartes lecciones que ayudarían a cientos de personas.
Pero cuando llegas a LinkedIn...
“Mi vida es aburrida.”
“¿Qué publico hoy?”
“No tengo ideas.”
Bull shit.
Tu vida está llena de contenido.
Es como tener una mina de oro en tu jardín...
Y quejarte de que no tienes dinero.
Mientras pisas pepitas de oro cada día.
¿Por qué no lo ves?
Porque en el bar hablas sin filtro.
Sin pensar si es “lo suficientemente profesional”.
Simplemente hablas.
Y ahí es cuando sale lo bueno.
Mientras que en LinkedIn...
Te pones el traje de domingo.
Intentas sonar “corporativo”.
Buscas la frase perfecta.
Y pierdes toda la autenticidad.
¿Y qué pasa?
Posts aburridos que no conectan con nadie.
Pero hay un problema:
Cuando te sientas a escribir, se te olvida todo lo que hablaste.
Tu cerebro entra en “modo escritor” y olvida todas esas historias geniales.
Mañana te cuento la diferencia clave...
Entre “no tener ideas” y “no saber qué buscar”.
Y cómo desbloquearlo.
—Javi
P.D.: Y el viernes lo hacemos con IA, ya verás qué bien.