Hey,
¿Has dicho alguna vez “no tengo ideas para LinkedIn”?
Mientras te pasas 3 horas en el bar contando anécdotas.
Dando consejos sobre tu trabajo.
Contando cómo solucionaste ese problema la semana pasada.
¿En serio no tienes nada que contar?
¿O simplemente no sabes QUÉ contar?
Es como los que dicen “yo no tengo historias interesantes”...
Y después te pasan 2 horas contándote el viaje más loco que hicieron.
El problema es que no sabes identificar tu “contenido”.
¿Por qué pasa esto?
Porque confundes “interesante” con “extraordinario”.
Piensas que para tener contenido necesitas:
Haber escalado el Everest.
Haber vendido una empresa por millones.
Haber ganado algún premio internacional.
Error.
Tu mejor contenido está en tus conversaciones normales.
En ese consejo que le diste a tu primo
En esa reflexión del otro día
En esa cagada que tuviste
Pero cuando te sientas a escribir un post...
Nada.
Bloqueo total.
“No tengo nada interesante que decir.”
Te pones a mirar a ver si puedes copiar algo por ahí.
Mientras tanto, ayer estuviste...
Contando exactamente lo mismo que podrías haber puesto en LinkedIn.
De forma natural.
Sin pensar que tiene que ser “profesional” o “interesante”.
¿Sabes cuál es la diferencia?
No te censuras.
No te preocupas por quedar bien.
Simplemente hablas.
Y ahí está el petróleo.
Mira.
Crees que tu experiencia normal no vale la pena.
Que tu día a día es aburrido.
Mentira (tienes las cara podrida).
Tu experiencia normal es la que la gente necesita escuchar.
Ya han escuchado demasiado las maravillas de Steve Jobs.
Esta semana te voy a enseñar cómo extraer ese petróleo.
Con 5 preguntas simples.
Que funcionan como si estuvieras en un bar.
—Javi
P.D.: Y sí, luego la IA lo convertirá en posts virales ; )